Ya no había más escusas y he tenido que deshacerme de mi mesa de dibujo tuneada en mesa de luz (las mesas típicas que se usan para hacer dibujos animados).
Ha sido muy duro, pero es lo que tiene ser padre y vivir en un piso pequeño, hay que adaptarse o morir y yo lo he hecho, ¡ya no tengo estudio!! Ahora es el cuarto de mi hijo.
Todo esto da mucho que pensar. Todos dicen que a partir de ahora mi vida será trabajar para mantener al bebé y cuidarlo (mientras dicen esto ponen caras y resobran). La verdad que da un poco de miedo, es como decirte que a partir de ahora ya no eres persona, que te han borrado de la existencia, te has diluido en algo borroso que llega a casa cansado, cenas y se acuesta para repetir esto hasta que te jubilas y mueres de un infarto, abrumado al no estar acostumbrado a tener tiempo para ti. Es cierto que trabajo un montón de horas, así como diez, sin contar con los desplazamientos y cosas varias que siempre salen a última hora, pero hay que buscar formulas, darle la vuelta, lo más importante es la actitud y la verdad que los comentarios que la gente te hace al saber que vas a ser padre no ayudan, sobre todo si eres alguien como yo, que le encanta hacer cosas. Hay que pensar de una forma positiva, las experiencia que me aportara ser padre no tienen precio, lo mucho que creceré como persona no hay libro de autoayuda que lo iguale, solo falta saber recogerlo todo para aprovecharlo. Seguro que mis ilustraciones, cuentos, blogs o cualquier cosa que haga a partir de ahora mejoraran, solo he de ser capaz de combinarlo y para eso no puedo ser derrotista, abandonándome a la rutina para convirtiendo en un zombi sin nada que hacer ni aportar.
Esta es la teoría veremos qué pasa con la práctica.